Existió hace un tiempo un personaje que inspiraría la película que todos conocemos "Eso: el payaso asesino" Su nombre era Pogo y ocasionó la muerte de más de 30 personas.
Así que si la calma a tu miedo era "no es real, es solo una película" deberías pensar en una frase mejor. En Breakdown te contamos la verdadera historia de Pennywise.
John Wayne Gacy, mejor conocido como Pogo, nació en Chicago, Illinois el 17 de marzo de 1942. Su madre y sus 2 hermanas tenían una buena relación con él, eran muy afectuosas. Pero la relación con su padre era diferente ya que era alcohólico y violento, teniendo actitudes que llegaban a humillar a la familia completa.
John, desde pequeño, sufrió de obesidad, lo que le daba a su padre un constante motivo para ofenderlo, además de cuestionar constantemente su sexualidad.
Más adelante, la vida decidió que este chico no había sufrido lo suficiente con su padre, así que Gacy llegó a ser abusado sexualmente por un "amigo" de la familia.
Como hemos visto siempre en el cine, los asesinos seriales, en la infancia, suelen ser explotados, abusados y descuidados, desencadenando traumas que, más tarde, estallarían de maneras brutales. Tal fue el caso de Pogo, quien con el maltrato constante decidió dejar a su familia a los 18 años y se mudó a Las Vegas, en donde consiguió trabajo en un depósito de cadáveres.
Hubo bastantes rumores alrededor de John, afirmando que presentaba tendencias necrofílicas hacia los cadáveres de jóvenes hombres. Jamás lo confirmó.
Tiempo después, encontró el amor, conociendo a Marlynn Myers, con quien se casó y tuvo una hija. Marlynn, era hija de un empresario con franquicias de KFC, por lo que John se mudaría a Iowa con su familia y comenzaría a trabajar para esta cadena. Este momento en su vida fue donde todo se pondría aterrador.
En el año de 1967, John se había vuelto un miembro honorable en la comunidad, por lo que se le hizo muy fácil atraer a su casa al hijo de uno de sus amigos, a quien acosaría sexualmente. Al año siguiente fue detenido por acoso y lo condenaron a 10 años de prisión y tras 18 meses en la cárcel, fue puesto en libertad condicional.
Regresó a casa con su madre, en donde se encargó de que lo quisieran como lo habían hecho en Iowa, dando lugar a Pogo, un payaso que entretenía a los niños en las fiestas.
John llevaba 2 vidas distintas, usando la máscara de "buen hombre" para que no sospecharan de él. Era tan popular que incluso llegó a conocer a la primera dama de los Estados Unidos.
A la par, Gacy llevó sus crímenes a otro nivel, comenzando a asesinar a sus víctimas. John se acercaba a los jóvenes con su disfraz de payaso y, para que no lo volvieran a delatar, los eliminaba por completo.
Su primer víctima fue Timothy McCoy, un chico de 15 años, a quien ofreció llevar a casa en su auto. Según sus propias declaraciones, después de violarlo, decidió acuchillarlo múltiples veces, para después enterrarlo en el sótano de su casa.
La satisfacción que le causaba asesinar, era aún más grande que solo abusar de sus víctimas. Por lo que siguió con esta actividad con muchos más jóvenes, hasta que los vecinos se comenzaron a quejar del mal olor. Gacy culpó a las tuberías y continuó haciendo fiestas para niños en su casa. Nadie sospechaba de él.
En los poblados cercanos, comenzaron a haber muchos reportes de desaparición de jóvenes hasta que Gacy fue acusado por una víctima que logró escapar. Su nombre era Jeffret Regnall, quien recuerda haber aceptado subir al auto de John, en donde este lo acuchilló y drogó con cloroformo, para después despertar en una habitación amarrado a la cama. Esta confesión no procedió, dejando de nuevo libre al culpable.
Pero todo lo que John había montado, comenzó a desmoronarse, provocando que su esposa lo dejara, para después darse cuenta de que la investigación de la desaparición de Robert Piest apuntaba a John como el culpable.
Robert, con solo 15 años, acudió a una entrevista de trabajo con el payaso de la cual nunca volvió. Sus padres, al saber perfectamente a donde se dirigía su hijo y con quien, le dieron inmediatamente los datos a la policía.
Al llegar al domicilio de John, el payaso se encontraba con el cadáver, ya que no había tenido tiempo de esconderlo. Además, la policía encontró objetos que lo ligaban con las demás desapariciones.
Al ser arrestado, John confesó sus crímenes y dio la ubicación de 28 cuerpos que estaban en su propiedad.
John, murió bajo la inyección letal en 1994, siendo sus últimas palabras "¡Bésenme el culo! ¡Nunca sabrán donde están los otros!"
Se cree que el número total de víctimas ascendía a 40. Pogo, fue el tétrico payaso que inspiraría a Stephen King para escribir la historia más exitosa de su carrera.
Bastante aterrador, ¿no crees? Nuestro consejo es: Jamás confíes en los payasos.